En una ceremonia liderada por Fundación Piensa y El Mercurio de Valparaíso, Pablo Fuenzalida, uno de los fundadores y actual director de la ONG Moviendo, fue distinguido como uno 20 jóvenes líderes de la región de Valparaíso.
El evento de premiación, realizado en el Sporting Club de Viña del Mar, estuvo destinado a miembros de organizaciones cuyo quehacer está provocando cambios en el desarrollo local de la región, a través del voluntariado, la ciencia, el deporte, los movimientos sociales, la cultura, entre otras esenciales áreas del trabajo social y político.
Esta premiación busca proyectarse para impulsar los proyectos tras estos líderes, con tal de abrir oportunidades de diálogo y crecimiento tanto a las organizaciones como a la región.
¿Qué significa este reconocimiento para Moviendo?
Pablo: Es un premio al esfuerzo. Como todas las organizaciones que toman el camino del emprendimiento social, sabemos que la gratificación y el premio máximo están en cosas intangibles, en recibir el incentivo para seguir trabajando y creyendo que la propuesta es buena. Entonces es un gran reconocimiento, porque llevamos un montón de tiempo y estamos muy contentos con lo que estamos haciendo.
El reconocimiento también es una ventana para que el proyecto se conozca más allá de las personas y de los grupos con que trabajamos. Nos interesa muchísimo que la todos se sientan identificados por estas ideas, y que más gente las conozca y se sume. Además es un aliciente para seguir trabajando, creyendo y soñando, porque estamos convencidos de lo que hacemos.
Sabemos que es un camino largo que requiere de mucho esfuerzo, pero que nos permite mirar al futuro con un mejor ojo y seguir creyendo que las grandes transformaciones sociales requieren tiempo y paciencia. Nosotros creemos, confiamos y entendemos que todo tiene su proceso, que es una realidad de la que Moviendo no se escapa.
¿Qué ha sido lo más desafiante de este período?
Primero que todo, levantar la idea desde cero. Hoy día Moviendo se plasma en un premio bajo un nombre personal, pero tiene un enfoque grupal. Este premio no existiría si no fuera por Felipe, Cristóbal, David, Camila, Ignacio, María Paz, Pablo y un montón de otras personas que se han ido sumando. La verdad es que el estar desde cero hace que la gente crea que el proyecto ha sido complicado, pero la verdad es que hemos recibido buenas respuestas en todo momento. La gente nos cree, pero lo más importante es que cree en el proyecto.
Obviamente, otro desafío importante es este constante cambio que está presente en la organización desde su fundación. Lo que es Moviendo hoy no tiene nada que ver con lo que escribí en las primeras palabras de un documento hace muchísimo tiempo. Esos constantes ajustes han permitido que el error y el fracaso sean las mayores fuentes de aprendizaje que tenemos. Entendemos que esto han conformado la identidad de Moviendo.
Lo más difícil, que creo que le pasa a muchos emprendedores, es la siempre latente posibilidad de dejar de creer y abandonar el camino. Nosotros nunca hemos pensado eso. Moviendo es nuestra opción y de mucha gente. Queremos que Moviendo le pertenezca a muchos. Queremos que entiendan que esta organización es parte de ellos, que lo hagan parte de su vida y que crean que es un sueño posible.
Quiero agradecer a todas las personas que han creído en este proyecto. Moviendo no es de nosotros cuatro, porque le pertenece a todos los que creen en el proyecto, a todos los que aportan y a los que aún no saben de qué forma hacerlo. A todos ellos les agradezco profundamente. Este proceso ha sido larguísimo y hermoso. Hoy tiene su primer fruto, pero tenemos mucha hambre, muchas ganas de comernos el mundo y cambiar las cosas. Espero que los caminos se crucen, pero quiero dejar en claro que Moviendo se quiere instalar como una herramienta de transformación social, donde todos seamos partícipes y donde todos los que trabajan lo sientan como propio.
Por Pablo Kohler