La Convención sobre los Derechos del Niño manifiesta que todos los niños, niñas y adolescentes tiene derecho a la educación, a “aprender todo aquello que desarrolle al máximo su personalidad y capacidades intelectuales, físicas y sociales”. Esta declaración expresa el gran desafío que el Estado y la Sociedad Civil tienen por velar que cada menor de 18 años tenga asegurado su ingreso y permanencia a una educación, sin importar su origen o condición.

En Chile, el 5,8% de los niños, niñas y adolescentes entre 2 a 17 años se encuentra en situación de discapacidad, según declara el II Estudio Nacional de la Discapacidad realizado el año 2015. Si vinculamos estos datos con la educación, esto quiere decir que un estimado de 229.904 niños, niñas y adolescentes requiere condiciones educativas especiales, ya sea por el acceso, el proceso de aprendizaje, o en cuanto a una atención especializada para cada tipo de discapacidad.

Porcentaje de la población de niños, niñas y adolescentes en situación de discapacidad que presenta alguna condición

Porcentaje de la población de niños, niñas y adolescentes en situación de discapacidad que presenta alguna condición.

Fuente: Ministerio de Desarrollo Social, Segundo Estudio Nacional de la Discapacidad, 2015.

Según este mismo estudio a cargo del Ministerio de Desarrollo Social, el 15,5% de las Personas en Situación de Discapacidad (PeSD) asiste a Educación Parvularia, el 11,8% concurre a un recinto de Educación Especial, un 60,7% a Educación Básica y el 12% a Educación Media.

Pero esta repartición entre recintos educativos se explica no sólo por la edad de los niños, sino que además por el nivel de acceso con que cuentan las escuelas de cada ciudad, ya que muchas veces no cuentan con las medidas necesarias para atender las necesidades específicas de los niños, niñas y adolescentes en situación de discapacidad.

La Escuela Especial Quillagua

En la localidad de Concón en Valparaíso podemos encontrar un espacio educativo que se ha ganado prestigio de la comunidad local, e incluso de otros sectores como Viña del Mar, Quintero, Puchuncaví, y Mantagua, debido al sólido proyecto educativo y los buenos resultados que ha logrado en la formación de sus estudiantes con discapacidad mental.

Fabiola Valenzuela es directora de la Escuela Especial Quillagua y una de las tres socias fundadoras, junto a María Alejandra Balbotín y Alejandra Pardo, todas educadoras diferenciales de profesión. Con las puras ganas iniciaron este proyecto que ya lleva casi 10 años de dedicado trabajo.

Fabiola Valenzuela en su oficina.

Fabiola Valenzuela: «Nos decidimos a iniciar este proyecto con las puras ganas».

¿Cómo nace la Escuela Especial Quillagua?

Fabiola: La escuela nace como idea por el año 2005. Nos juntamos tres profesoras de Educación Diferencial y nos dimos cuenta que no había ninguna instancia para tratar a niños con discapacidad mental, por lo que nos decidimos a iniciar este proyecto con las puras ganas. Empezamos a ver lugares posibles, golpeamos hartas puertas, como la de la Municipalidad, que no nos pescó mucho, hasta que encontramos esta casa, que hemos modificado completamente desde que llegamos. Partimos a trabajar con resolución y todo el año 2006.

Iniciamos con tres cursos y tres profesoras, que éramos las mismas fundadoras. Cada una partió con un curso de muy poquitos alumnos, creo que teníamos doce en total. Hoy, luego de casi 10 años de trabajo, tenemos seis cursos y más de 50 alumnos. Hemos llegado a tener 60, ese es nuestro máximo, y tiene que ver con las necesidades de la comuna. No aspiramos a tener 100 alumnos.

¿Por qué atienden niños de otras comunas también?

– Hay menos escuelas especiales, pero creo que pasan hartas cosas. Tiene que ver con el boca en boca. Si tú trajiste a tu hijo y le fue bien, vas a contactar a otro apoderado y le contarás la experiencia. Esto está pasando mucho con los chicos autistas, que estaban en un lugar determinados y les fue más o menos con el tema de la integración, entonces las mamás están viendo como una opción válida nuestra escuela. Y han tenido buenos resultados.

¿Cómo se dividen los cursos?

– En la educación especial, como en cualquier otra escuela, se dividen en edad cronológica. Nosotros atendemos chicos con daño severo, moderado y leve. Y hay otro grado que es el profundo, que son chicos que están postrados y no tienen contacto con lo social, no tienen mucha conectividad o tienen un daño muy grave.

Tenemos seis cursos: dos básicos, dos laborales y dos cursos Retos Múltiples. Para los básicos y laborales nos guiamos por la edad cronológica, pero los Retos Múltiples son una salvedad y funcionan de otra manera. Estos cursos fueron creados para la educación especial, para atender niños con daño severo y están determinados por el rango de discapacidad de los chicos.

Niños de la Escuela Especial Quillagua en clases.

Niños de la Escuela Especial Quillagua en clases.

Al frente tengo al curso de Retos Múltiples Comunicación, donde hay chicos con daño severo en la comunicación y las relaciones. Hay chicos con autismo, con trastorno severo de la comunicación y la mayoría no habla. Puede haber un chico de 10 años con uno de 20, porque tienen un mismo nivel cognitivo y de daño.

En el curso Retos Múltiples Motor están todos los niños con nivel motor severo. Tienen parálisis cerebral o cualquier tipo de trastorno que les haya generado un daño grave a nivel motor. Para ellos hay una planificación y recursos distintos. Tienen reservados sólo para ellos fonoaudiólogos, asistentes sociales y psicólogos para su desarrollo. El resto de los niños es atendido por horas del equipo, pero más flexible.

¿Cómo se desarrollan las clases?

– El desarrollo de nuestro currículum va orientado hacia la funcionalidad de la vida. Hacia las habilidades que necesitan para desenvolverse de manera adecuada, para integrarse a nivel social, laboral, educativo, afectivo y emocional. Todo lo que aquí se hace debe tener un sentido, un por qué, un para qué.  Se estimula el entendimiento. Las habilidades van orientadas hacia el mundo del trabajo, hacia la inclusión e inserción laboral. Ojalá lo más permanente posible, ojalá con contrato indefinido. Ese es nuestro objetivo final.

¿Cómo los preparan para el mundo laboral?

– Desde que empezamos nuestra escuela, la inclusión laboral fue uno de nuestros grandes objetivos. Desarrollamos un programa dividido en etapas, que empezó como una iniciativa para que los chicos y chicas pudieran practicar las habilidades sociolaborales que ocupamos en la vida, tanto las habilidades blandas como las duras. Si va a trabajar en Cocina tiene que saber cortar y pelar, pero también tiene que ser limpio, ordenado y cuidadoso.

Productos elaborados por los alumnos de la escuela.

Buscamos actividades que nos podían generar este tipo de habilidades. Probamos de todo, elaboramos jabones, velas, adornos florales, cuero, greda, nos dedicamos al reciclaje, pintamos. Y siempre nos ha acompañado el concepto del emprendimiento, lo cual nos sirvió porque gastábamos mucha plata y nos dimos cuenta que lo que más servía era la elaboración de alimentos.

En el Curso Laboral 1 se realiza venta de almuerzos todos los viernes. Son súper económicos y están hechos por ellos mismos. En el Curso Laboral 2, que es más una empresa que un curso, todo lo que hacemos lo vendemos. Tenemos una lista con galletas, pan amasado, pan pita, medias lunas, queques de zanahoria y naranja, alfajores y muchas otras cosas, con los que nos autofinanciamos.

Luego de esto, los chicos salen de la escuela a explorar diferentes puestos de trabajo. Ahí Santa Isabel de Concón ha sido súper importante, porque no tiene reservado hace varios años 4 cupos de empaque. Todos los niños que salen de la escuela en condiciones de trabajar, pasan primero por el Santa Isabel. El empaque tiene dinero de verdad, clientes de verdad, compañeros de verdad, jefes de verdad, horarios que son reales. Hay toda una dinámica en el empaque que los asemeja al mundo real.

En este momento tenemos dos personas trabajando con contrato indefinido en el supermercado Líder Express. Tengo una persona trabajando en el Colegio Altazor, con contrato indefinido también. Una persona que trabaja en la empresa Nexo hace varios años. Tenemos otro chico que está trabajando en una pastelería con buen prestigio. Y además los cuatro cupos del Santa Isabel.

¿Cómo evalúas a la Educación Especial en Chile?

Alumna en Curso Laboral 2 preparando una masa.

– Creo que hay varias situaciones. Una tiene que ver con el rol histórico que ha tenido la Educación Especial en Chile. Yo creo que siempre ha sido el actor pobre de la educación. Ni siquiera estamos bien regulados. Existen normativas que datan del año noventa, que no han sido modificadas, o que han sido modificadas de forma ambigua. Con esta dinámica tú podrías encontrar en Chile escuelas diferenciales estupendas, como también otras que funcionan con el mismo modelo hace 20 años

Entonces hay mucha auto regulación de cada escuela. En nuestro espacio, nos hicimos cargo un tema social y comunitario que atendía las diferencias de estos jóvenes con necesidades de educación diferencial, del cual nadie se estaba haciendo cargo. No somos asistencialistas ni lastimeros. Nos interesa muchísimo la integridad de nuestros alumnos, y que lo que ganen se lo merezcan por sus capacidades.

Lamentablemente la Educación Especial ha quedado rezagada de todas estas reformas, y lo que se pretende hacer, aunque no estamos claros, es usar una política de inclusión para que los niños puedan ir a todas las escuelas. Me parece súper bien, sería ideal que las escuelas regulares estuviesen preparadas.