Muchas veces decimos que partiremos algo el lunes. Por ejemplo, la dieta, la actividad física o el estudio. Este día se torna fundamental para el ser humano para el inicio de los nuevos ciclos, pero pocas veces suceden.  Los motivos pueden ser varios e infinitos. Mientras más va pasando el tiempo, más cosas vamos dejando para este día.

Pensemos nuevamente en ese día lunes lleno de expectativas, donde todo puede comenzar de nuevo hasta tener una mejor versión de nosotros mismos. Si pudiéramos dividir ese día lunes sabemos que el cuerpo necesita ocho horas de sueño para funcionar debidamente. Entonces nos quedan dieciséis horas, mínimo ocho horas las utilizas trabajando y sin contar las dos horas de viaje para llegar a destino, como mínimo. Bueno, esto significa que nos quedan seis horas de las cuales tres las usarás para las tres comidas fundamentales de un ser humano y las últimas tres horas que nos quedan son utilizadas para diversos fines, por ejemplo, el trabajo extra, ir al gimnasio, cocinar, ordenar casa, leer un libro, estar con la familia, entre otras.

Entonces ¿Será nuestra la culpa el no tener derecho al ocio o será que la sociedad nos priva de nuestra propia esencia y nos hace entender a este como un privilegio? Siento que a lo largo de mi vida se me han pasado ya varios lunes y no sé cuantos más van a pasar.

Esto nos permite concluir que los espacios de recreación en nuestra vida son limitados y escasos, por un modelo social que no apoya que las personas tengan puntos de esparcimiento y creación. Esto sucede por diversos factores. Uno de ellos es la ignorancia que existe sobre el concepto de ocio, puesto que se relaciona con la procrastinación, que no es mala, pero no son sinónimos.  En segundo lugar, las extenuantes jornadas laborales que existen hoy en día en Chile y en tercer lugar, el cansancio mental y físico que sientes las personas constantemente en sus vidas.

Entonces, partimos  lunes…

 

Por Sol M.