Al comienzo me agotaba la energía de Emilio, no se cansaba nunca, a sus seis años parecía que se quería comer el mundo. Se movía para todos lados, quería hacerlo todo, era increíble.
No sé si mi memoria me falla, pero vamos, a mi edad es normal (creo) que no recuerde lo que hacía en esos tiempos, así que solo preguntando he llegado a la respuesta de que era un poco más tranquilo. Sin embargo es importante considerar que hoy los niños están expuestos a una sobrecarga de estímulos, por lo que en consecuencia de esto, se vean con la oportunidad de experimentar frente a más opciones.
Por lo que me di a la tarea de aprender junto con el de sus aventuras y no se imaginan cuanto le aportaba en su desarrollo, el hacer uso de su tiempo de ocio productivo. ¿Tu crees que no? Entonces aprovechare de contarte acá como los niños pueden verse beneficiado con la exploración libre.
Ahí estaba el, jugando con sus amigos, observaba como discutían ideas, cambiaban reglas una y otra vez, yo desde lejos prestando atención sin querer ser invasivo, por lo que demostraba estar ocupado en mis asuntos, las discusiones lograban generar tensiones entre ellos, algunos no estaban dispuestos a jugar el juego que otros si, pasa en todo ámbito, a nosotros también nos cuesta ponernos de acuerdo, así que separaron los grupos, unos en un lado y otros más apartados en su propio mundo y así iban y venían unos y otros, se dieron cuenta que podían explorar ambos juegos y escoger que les acomodaba hacer y en qué momento hacerlo, si querían inventar otro juego lo hacían, había tiempo para todo y si no, estaban conscientes que volverían a verse para explorar otro juegos.
Acá entraba lo fundamental de mi rol, no podía decirle a Emilio que no jugara mas con sus amigos si discutían de esa manera, era coartar la posibilidad de su exploración del mundo y de la posibilidad de sacar aprendizaje de todas estas situaciones, lo que si podía hacer era guiarlo en el manejo de estas situaciones.
Así es como le enseñe a identificar sus emociones y actuar con asertividad cuando se viera en situaciones de tensión, si no hubiera alentado y apoyado a Emilio en lo que quisiera hacer, es posible que no se viera expuesto a momentos donde tuviera que socializar y ocupar herramientas adecuadas para el momento.
No quiero detenerme solo en esa situación en particular, el apoyar a los niños en el uso de sus tiempos de ocio es fundamental, cada experiencia es una oportunidad de aprendizaje que muchas veces es infravalorada, la vida de adultos nos pone a prueba en muchas ocasiones y la manera en que las encaramos está muy conectada a las herramientas que poseemos para encontrar las soluciones, herramientas que se van desarrollando desde nuestros primeros años, por lo que si algo es claro es que mientras más temprano aportemos todos como sociedad al desarrollo integro de las personas, tendremos a futuro mejores ciudadanos, más preparados para enfrentar la vida que tienen por delante.
Así fue como comencé a darme cuenta que cuando organizaban juegos con sus amigos, aparecían sus habilidades para negociar, en momentos lograba convencer de sus ideas a los demás y en otras cedía frente a las decisiones de los demás, lo positivo es que quedaba ahí, sabía que el ceder le abría otro mundo donde podría explorar las sorpresas que se vendrían. Por otra parte su capacidad para tomar decisiones se potenció, aprendió a escoger sin mayores problemas, se tomaba su tiempo para pensar las consecuencias y luego las aceptaba, si los obstáculos no existieran a su corta edad no tendría la posibilidad de vivir esas experiencias y poder sacar lo bueno de estas.
Yo estaba feliz, me había tomado muy enserio el guiarlo, como no si era mi primer hijo, quería hacerlo bien, todos lo queremos, me fui dando cuenta que Emilio crecía, y yo seguía fomentando la exploración y el autodescubrimiento, debíamos lograr un equilibrio, entre la escuela y sus tiempos libres, las herramientas que fue adquiriendo de sus experiencias desde niño le permitían planificarse de muy buena manera, así su capacidad de organización daba la posibilidad de que escogiera que hacer en sus tiempos de ocio. Bailó, cantó, hizo variados deportes y mucho mas, en algunos aún perdura mientras que otros fueron un hobby de momento, por cierto no me permito enojarme si ya no desea seguir en algunos talleres, es parte de su crecimiento, no todo le puede gustar en todas sus etapas, eso es lo bonito de entregar libertades en la exploración y el uso del tiempo libre, que aprenda de la experiencia.
Como lo mencione anteriormente, en esta sociedad que vivimos actualmente, donde existe una sobre estimulación, con el internet, la televisión, celulares y miles de aplicaciones y herramientas que despiertan la atención de los niños, donde por supuesto también existen riesgos asociados, es primordial que podamos acompañar y guiar a los niños para el desarrollo de Habilidades Sociales que los brinden de capacidades para el futuro.
Y en tu caso ¿estas guiando el uso del tiempo libre en los niños como un método de aprendizaje de habilidades para el futuro?
Por Ángel Olguin C
Psicólogo Educacional
Voluntario ONG Moviendo