El ocio desempeña un papel fundamental en la vida de las personas, sin distinción de género, etnia, edad, religión o situación de discapacidad, ya que les brinda una oportunidad de disfrutar, divertirse y desarrollarse plenamente. En el caso de las personas en situación de discapacidad, en Chile, este derecho está respaldado por la ley 20.422, que establece que las personas con discapacidad tienen derecho a acceder y participar en actividades de ocio e igualdad de condiciones, sin discriminación ni barreras de ningún tipo.
Es reconocido en la literatura especializada que el ocio proporciona un sin fin de beneficios físicos, emocionales y sociales: ayuda a mejorar la salud mental, reducir el estrés, aumentar la autoestima y promover el bienestar general. Además, participar en actividades recreativas permite a las personas con discapacidad desarrollar habilidades, aumentar su autonomía y mejorar su calidad de vida.
Felipe Herrera, kinesiólogo de la Universidad Viña del Mar, quien se ha especializado en actividad física en personas con discapacidad motriz y sensorial, comentó sobre esto: “Es fundamental que las personas puedan realizar actividad de recreación y ocio porque permite desarrollar habilidades e instancias en distintos contextos, asociadas al arte, deporte, turismo, ciencia, artístico y eso vincula también a un bienestar y a la performance de que las personas podemos alcanzar a una optimización y mejor calidad de vida”.
Las personas con discapacidad a menudo enfrentan barreras para acceder al ocio. Estas pueden ser de naturaleza física, como la falta de infraestructuras accesibles, o de carácter social, como el estigma y la discriminación. De acuerdo con el Segundo Estudio Nacional de Discapacidad (2015) del SENADIS, las personas con discapacidad tienen menos participación en actividades recreativas, culturales y deportivas: el 82,2% de personas adultas con discapacidad no realizó deporte o actividad física fuera de su horario laboral, durante 30 minutos o más, mientras que el 60,1% de las personas sin discapacidad no realizó estas mismas acciones. Por su parte, el porcentaje de personas en situación de discapacidad que declara haber asistido al menos una vez a una actividad cultural, recreativa o deportiva durante los últimos 6 meses es 74,8%, mientras que los sin discapacidad es 91,6%.
Es crucial garantizar la accesibilidad e inclusión en el ocio para las personas con discapacidad, esto implica eliminar barreras físicas, como la adaptación de espacios y la disponibilidad de transporte accesible. También implica promover actitudes inclusivas, sensibilizar a la sociedad y capacitar al personal para brindar un entorno acogedor y respetuoso. En este sentido, es necesario que la sociedad entienda la diversidad de todas las personas y los colectivos vulnerabilizados, en especial a las personas con discapacidad, para que existan instancias donde se puedan participar-detalló Felipe Herrera.
Si bien el acceso a actividades de ocio y recreación para personas con discapacidad es necesario, aún no existe una oferta consolidada y pertinente de actividades recreativas en nuestro país. Es por ello que ONG Moviendo -en su misión de vincularse con las comunidades que han sido excluidos de las posibilidades de ejercer el derecho a ocio y a la participación permanente en actividades recreativas y deportivas de calidad- ha generado un trabajo con un grupo de adultos en situación de discapacidad intelectual. Esta labor se traduce en la realización en 2021 de un Taller de Ocio y Recreación que tuvo como objetivo “implementar una experiencia de educación no formal en torno a la promoción del derecho al ocio a través del deporte, actividad física y recreación para jóvenes y adultos jóvenes en situación de discapacidad intelectual”; en 2022, con la capacitación al equipo en un taller para formar en el trabajo recreativo para personas con discapacidad intelectual y un taller de Fitfolk destinado al mismo grupo de adultos con discapacidad intelectual; y, actualmente, con el Ciclo de recreación y ocio inclusivo, en el que los participantes experimentan con diferentes actividades de recreación. Es importante destacar que en estos casos se ha contado con el apoyo de ASPADE y AVANZA Inclusión en el vínculo con los participantes.
Sobre esta experiencia, María Paz Gálvez, coordinadora de los talleres de 2021 y 2022 y co directora en ONG Moviendo, comenta: “Ha sido un aprendizaje valioso para la ONG el iniciar estos proyectos, estamos muy agradecidos de las organizaciones que han colaborado y, sobre todo, en el grupo de jóvenes y adultos que ha confiado en nuestro trabajo y se ha sumado a las actividades” y destacó que estos proyectos han permitido ir consolidando el trabajo de la organización en torno a promover el derecho al ocio para personas en situación de discapacidad.